Por Marco Rojas
Tigres realizó un fichaje que llego al futbol mexicano como interesante apuesta, fue por allá de 2015 que los norteños se fijaron en él, su velocidad y descaro jugando para el Fútbol Paz FC de Cali, llamaron la atención de los cazatalentos. Sin embargo, su llegada a México no tuvo el impacto que los directivos esperaban, razón por la cual lo enviaron a jugar a la filial sub-20, con la esperanza de que su adaptación y nivel futbolístico mejoraran.
Posterior a ello, decidieron cederlo a Venados, de la Liga de ascenso MX, un lugar en teoría asequible para el talento del futbolista colombiano; no obstante, su paso fue de tan solo 1 torneo, luego del cual regreso a las instalaciones de Tigres. Ya para 2017, el héroe de esta historia seguía sin convencer a propios y extraños, lo que dio como resultado un préstamo más, esta vez con rumbo a Lobos BUAP; allí poco a poco mostró mejores argumentos, terminando por ser una pieza clave de su equipo.
Lamentablemente, para él, su institución terminaría desapareciendo del mapa futbolístico de nuestro país, y con ello, se pondría en duda una vez más, el futuro del jugador. Ya para el apertura 2018, nuestro jugador volvió a la disciplina de los felinos, donde comenzó a tener un poco más de regularidad, aunque sin llegar a ser uno de los referentes de la institución.
Justo cuando parecía que la llama de este hombre desaparecería del futbol mexicano sin pena ni gloria, llegaron los rojinegros del Atlas, quienes le tenderían la mano. Era el Apertura 2021 y la afición del equipo de Jalisco no lo veía necesariamente como un gran jugador; difícilmente podían pasar por alto las indisciplinas que en el pasado había tenido el futbolista.
A pesar de ello, el colombiano fue mejorando su accionar, empezando a ser peligroso, desequilibrante; y a generar opciones de gol para su escuadra. No mucho tiempo después, el ariete cafetero se transformaría en un auténtico ídolo, siendo pieza crucial para los títulos que "la academia" conseguiría.
Despuntó a tal nivel, que el América pagó una millonaria cifra para hacerse de sus servicios, ahora brilla tanto que la selección mexicana ha movido mar y tierra para enfundarlo con la casaca verde, blanco y rojo; hablamos, por supuesto, del gran Julián Quiñones, ahora estandarte del futbol mexicano.
11/12/2024
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